jueves, 24 de noviembre de 2005

Acta - EXPOSICIÓN VERBAL “PLAN VEREDA DE MONTEVIDEO”.



SEÑORA PRESIDENTA (Ayestarán).- Tiene la palabra el señor Edil Fernando Benzano.

SEÑOR BENZANO.- Muchas gracias, Presidenta.

El espíritu que motiva presentar este “Plan Veredas” obviamente es la gran preocupación que tenemos por el estado actual de las veredas de Montevideo.

Después de buscar e investigar encontramos algunas cifras y nos empezamos a preocupar sobre cuál sería el formato en que las presentaríamos.

Adelantándonos al asunto, creemos que los vecinos se ven embretados en la situación de tener que resolver el tema sin que se les dé ninguna facilidad.

Elegimos el formato power point para la presentación para mostrar datos, algunas cifras y estadísticas que nos van a llevar a todos a tomar conciencia de esto, conciencia que nosotros no teníamos hasta que nos pusimos a estudiar el tema.

(Se exhibe presentación en power point)

______¿Por qué preocuparnos por las veredas de Montevideo? Por ser un tema cotidiano y de interés para todos los vecinos de Montevideo, eso es obvio; porque hace a la calidad de vida de sus habitantes, especialmente en cuanto al traslado y desplazamiento de los niños, de los ancianos y de las personas con discapacidad. En ese sentido, debemos agregar algún dato más: hoy en Montevideo habitan el 50% de los discapacitados, pero no sólo eso, sino que son el 10% de los habitantes de la ciudad.

Otra razón para preocuparnos es el riesgo que conlleva su deterioro permanente y sostenido, y por ser un tema de estética ciudadana que atenta contra el fenómeno del turismo. Hay una gran apuesta al turismo en esta ciudad, podemos nombrar algún ejemplo, como el circuito de los grandes cruceros. Entendemos que punto turístico no es sólo 18 de Julio ‑avenida por la cual la Intendencia tiene una preocupación importante‑, también lo es la Ciudad Vieja, el Jardín Botánico, el Museo Blanes, el Palacio Legislativo, el Estadio Centenario. Podemos ver algunas fotos de la Ciudad Vieja y de la vereda del Botánico.

Vamos hacer una aseveración: pocas son las veredas que no necesitan refacción. Para visualizar eso tenemos que hacer un ejercicio rápido: pensemos cada uno en la cuadra en la que vive y veamos si no hay ninguna reparación para hacer.

Vamos a ir a un diagnóstico un poco más técnico y específico de la situación. Para esto quisiéramos agradecer a algunos compañeros que han trabajado con nosotros; principalmente quiero agradecer a los distintos Servicios de la Intendencia de Montevideo que nos han dado información sobre estas cifras, como Vialidad, Descentralización y varios Centros Comunales.

Agradezco a los arquitectos de la Secretaría de Asuntos Sociales, Miguel Cecilio y Guillermo Rey, y al Analista en Economía Pablo Puppo, que nos animó y nos ayudó a concretar esta presentación para que pudiéramos hacerla en 15 minutos.

Obviamente, también agradezco al Edil Ripoll, que me dio el espacio y una visión distinta de lo que tenemos que hacer para los vecinos de Montevideo. Para entender un poco la situación ‑que muchos de ustedes tendrán clara‑, veremos cómo se desarrolla la red urbana en Montevideo. Hay una red primaria constituida por las colectoras, que son las avenidas de enlace urbano nacional ‑podemos nombrar Batlle y Ordóñez, Camino Carrasco, etcétera‑; después tenemos las arterias, que son las avenidas de enlace urbano metropolitano ‑Luis Batlle Berres, Agraciada, Garzón, etcétera‑; y las centrales, que son aquellas vías centrales de barrio que, además, vinculan barrio con barrio. Esto es la red primaria.

La red secundaria está conformada por las vías locales, lo que conocemos como las cuadras de calle, las cuadras de barrio. Y están las vías rurales. Este un tema al que queremos ponerle un poquito de atención. Las vías rurales son las que todavía no están constituidas como calles, o sea que no tienen el cordón adecuado, no tienen la acera en la cual después se edifica la vereda. Un ejemplo es la calle Orticochea, que muchos deben conocer, está muy cerca de Millán, de Raffo. Eso hoy es una vía rural, y representa un peligro inminente, porque la gente, obviamente, transita por ella.

Voy a mencionar algunas de las cifras que tenemos. En nuestra ciudad existen 3.345 kilómetros lineales de vías pertenecientes a las redes primaria, secundaria y rural, tal cual se desglosa en el siguiente cuadro: las colectoras, las vías importantes, 100 kilómetros; las arterias, 238 kilómetros; las céntricas, 491 kilómetros; las locales, 1.500 kilómetros, y 1.000 kilómetros las vías rurales; eso es en realidad un estimado, porque se piensa que es más de eso. Los datos obtenidos de los diferentes servicios nos permiten afirmar que el 30% del total de veredas que pertenecen a las redes primaria y secundaria necesitan reparación; estamos hablando de que un 30% de las vías constituidas necesitan reparación. Si a esto se le suman los 1.000 kilómetros que componen las vías rurales, que en general no poseen veredas, salvo aquellas que estén constituidas ‑que tenemos que tener en cuenta que ya están insertas en la zona urbana‑, podemos hablar de que el 51% de las vías de Montevideo necesita refacción, mantenimiento, construcción. Significa que más de la mitad de las vías montevideanas poseen veredas en mal estado, o directamente carecen de ellas.

Este 51% mencionado se desglosa de la siguiente manera ‑tal cual se detalla en los cuadros que veremos‑: de las colectoras, aproximadamente 32 kilómetros necesitan refacción; de las arterias, 71 kilómetros necesitan refacción; de las céntricas, 147 kilómetros necesitan refacción; de las locales, 452 kilómetros necesitan refacción. Si ustedes suman esto, hacemos unos 700 kilómetros de veredas que necesitan refacción; iríamos lejos reparando veredas. Para dar un número, hoy los montevideanos convivimos con 735 kilómetros de veredas en las redes primaria y secundaria, cuya refacción es, en muchos casos, necesaria y urgente. Esto quiere decir que con las redes primaria y secundaria, incluidos los barrios, podríamos cubrir una distancia tal que podríamos llegar más o menos hasta Bella Unión.

Pero estas otras cifras nos preocupan mucho más. Son 250 kilómetros de la red primaria; son las vías que transitamos nosotros sí o sí todos los días. Son las vías como Luis Alberto de Herrera, como Millán; las vías primarias. Quizás en cuanto a vialidad, para el tránsito, estén muchísimo mejor arregladas. El tema son las veredas, el tema es la situación del peatón, que debe transitar por lugares como lo que estamos viendo en la imagen: eso es en 8 de Octubre y Luis Alberto de Herrera, un conocido barrio.

El total de todo esto ‑y asombra esta cifra‑ hace que estemos hablando de 1.700 kilómetros. Si a esto le sumamos los 1.000 kilómetros correspondientes a las vías rurales, que generalmente carecen de veredas, tenemos un total de 1.700 kilómetros lineales de veredas, no aptos para la circulación peatonal. Obviamente, la evidencia empírica es irrefutable. La pregunta es: ¿Podemos hacer uso ordenado de las aceras tal cual lo indica el artículo 53 de Circulación Peatonal? Yo no soy abogado, pero pienso que muchos abogados usarán esto como defensa en algún accidente de tránsito. La foto que estamos viendo, de 18 de Julio y Pablo de María, fue tomada en el día de ayer.

Esta preocupación no es sólo nuestra; tenemos que reconocer que la Administración anterior hizo una fuerte campaña publicitaria ‑quienes ya eran Ediles en aquella época lo saben mejor que nadie‑ pidiendo a los vecinos que cumplieran con la reglamentación.

En el Centro se puso en práctica un plan piloto. A través del Plan Veredas de Atchugarry y de los Jornales Solidarios ‑año 2002 ó 2003‑, se daba a los vecinos la opción de que la Intendencia les arreglara o les construyera su vereda, y les financiara la obra hasta en 8 cuotas trimestrales; es decir que el vecino tenía hasta 24 meses para pagar. Esto hace que nos preguntemos qué visión tiene sobre el tema la Administración actual. La Directora de Acondicionamiento Urbano, Hyara Rodríguez, vino a esta Junta con sus asesores, y posteriormente nos entrevistamos con Walter Guillén, Director de Vialidad. Cuando preguntamos sobre el tema de las veredas, se nos dijo que estaban muy preocupados, lo que nos llevó a reunirnos e intercambiar algunas opiniones. Lo que me queda claro luego de ese intercambio es que la Administración realmente está preocupada por el tema, pero necesita recursos. Se dijo que si bien existe la posibilidad de obtener algún préstamo del BID, hay que generar algunos caminos alternativos, paliativos, rápidos, lo cual me parece acertado. Nosotros señalamos que, a nuestro entender, había que facilitar a los vecinos la reparación de sus veredas.

Dice la regulación vigente: “Los propietarios de los predios linderos a las vías de tránsito del Departamento de Montevideo están obligados a construir veredas a su exclusivo cargo en los lugares y condiciones que determina esta Ordenanza, a mantenerlas en buen estado de conservación y a reconstruirlas cuando su estado, a juicio del Municipio, no permite una reparación adecuada”. Yo creo que a esta ordenanza hay que ayudarla ‑ese es un poco el espíritu de esta presentación‑, facilitando a los vecinos su cumplimiento; no tenemos que olvidar que en distintas ciudades del mundo el Municipio se hace cargo de las veredas. Ahora, si existe una reglamentación, ¿por qué el vecino no está reparando o construyendo su vereda? Hoy en día, la imposibilidad económica es casi obvia. El metro cuadrado de vereda anda en el entorno de los $ 1.000; o sea que hacer una vereda de ocho o diez metros cuadrados implica un gasto de U$S 700 u U$S 800; es realmente una erogación importante, sobre todo si tenemos en cuenta que la vereda no está dentro de las primeras prioridades.

Pero hay un punto en el cual queremos hacer hincapié: la falta de sentido de propiedad del vecino con respecto a su vereda. ¿Por qué sucede esto? Por varias cosas. Yo no estoy en contra de las reglamentaciones, pero creo que algunas de ellas hacen a esta falta de sentido de propiedad. Por ejemplo, el artículo 1º del Decreto 15.854 de la Ordenanza General de Veredas dice: “(…) La obligación de construir o reparar se hace extensiva a las instituciones públicas o privadas que con motivo o a causa de la realización de sus obras deterioren las veredas”. Si vienen UTE u OSE y rompen la vereda, tienen la obligación de arreglarla; pero tal vez ponen una baldosa que no corresponde, de un color distinto, y eso hace que ya no sienta el mismo amor por mi vereda. Además, si tenemos un auto y lo queremos estacionar en nuestra vereda, tampoco lo podemos hacer porque, obviamente, la Intendencia no lo permite.

(Timbre indicador de tiempo)

______Me queda un poco más.

SEÑOR PRESIDENTE (Ayestarán).- Redondee, señor Edil; su tiempo ha expirado.

SEÑOR BENZANO­.- Llegamos al objetivo del Plan Vereda.

La Intendencia Municipal de Montevideo debe encarar una política fuerte de promoción en materia de construcción y reparación de veredas colaborando con el vecino en particular, y asumiendo el compromiso de mejorar la circulación peatonal en general, procurando dar soluciones en lo más urgente, colaborando con los vecinos para la construcción o refacción de sus veredas y buscando medidas para, en el futuro, se evite llegar a los altos guarismos de deterioro que hoy tenemos.

Lo que nosotros llamamos Plan debe tener dos fuertes contenidos: uno, asumir por parte de la Intendencia Municipal de Montevideo un rol más activo frente a la problemática de las veredas, principalmente en cuanto a la construcción de alternativas y en lo que respecta a facilitar las soluciones para los vecinos frentistas. El cuanto al otro, creemos que tiene que crearse un Plan de Veredas, y fomentarlo no a través de la intimación, sino a través de la motivación de los vecinos a hacer esa erogación.

Entendemos que tiene que haber tres ejes de acción: soluciones paliativas –a las cuales hicimos mención hace un rato‑, sustituir intimaciones por obras y legislar algunas cosas.

Para construir aquellas veredas de la red secundaria y de las vías rurales, la Intendencia Municipal de Montevideo deberá poner en práctica soluciones paliativas a su cargo ‑para eso la Intendencia deberá tener los recursos, y sin duda este Cuerpo tendrá que pensar seriamente para darle esos recursos‑ que permitan la circulación por la acera ‑que pueden ser de hormigón o asfalto de un metro y medio de ancho, que podrán ser de pedregullo con una capa asfáltica o también mediante una capa liviana de material pesado‑, que permitan la fácil construcción y respuesta inmediata. Estas veredas de emergencia son en beneficio de toda la sociedad.

SEÑORA PRESIDENTA (Ayestarán).- Por favor, señor Edil, redondee.

SEÑOR BENZANO.- Me quedan dos puntos más.

El segundo punto es sustituir intimaciones por obras. El marco regulatorio vigente habilita a la Intendencia Municipal de Montevideo a hacerse cargo del mantenimiento de las veredas, con costo al propietario, utilizando las formas indicadas más adelante.

El plan se realizará a través de los Centros Comunales Zonales, mediante la comunicación del faltante de baldosas en la acera ‑o falta de esta última‑ dando autorización expresa para acogerse al plan.

El Centro Comunal derivará la solicitud hacia la dirección competente, la que deberá inspeccionar y corroborar todos los aspectos que hacen a la solicitud del vecino y, dadas las condiciones, dar la orden para ejecutar la obra, así como controlar el buen desarrollo y finalización de las mismas.

Aquí está el tema: la financiación. La Intendencia deberá viabilizar la reparación de las veredas ‑como estamos hablando‑, y el vecino, previa autorización expresa, se hará cargo del costo final de la obra, pudiendo financiar con la Contribución Inmobiliaria en tantas cuotas como ya está establecido en la reglamentación vigente: contado, o hasta ocho cuotas trimestrales, dependiendo del costo de la obra.

Para el futuro, se deberá legislar que conjuntamente con el final de obra otorgado por la Intendencia Municipal de Montevideo esté explicitada la construcción o refacción de veredas correspondientes a dicha construcción. Hoy el vecino se lleva la final, o un arquitecto se lleva la final de la construcción de una propiedad, pero no está establecido explícitamente la construcción de la vereda. Esto es primordial para el futuro de Montevideo en cuanto a su ordenamiento territorial. Además, es imperante legislar que en las futuras plantaciones de árboles que hacen al ornato público se tome la precaución de entubar las raíces de dichos árboles mediante un tubo de cemento, con un mínimo de un metro de profundidad. Eso evitará que las raíces levanten las baldosas, tema que atenta contra el buen estado de la mayoría de las veredas. Tenemos entre un 70% y 80% de problemas debido al levantamiento de las baldosas.

Las fortalezas del proyecto que nosotros estamos presentando son: dado que la mano de obra representa el 40% del costo total, la inclusión de jornales solidarios redundará en un menor costo. Nosotros lo estamos viendo ahora con el trabajo de las rampas que la gente de Trabajo por Uruguay está haciendo. Creo que perfectamente podemos aplicar esto para la construcción de las veredas. La otra opción es que el vecino tenga la posibilidad de financiar la obra hasta en 24 meses.

Luego está la cuestión social. Además de una mejora de calidad de vida de los vecinos de Montevideo, el plan en toda su extensión implica la creación de más de un millón de jornales de trabajo. Si hacemos los números, a cuatro metros cuadrados de construcción, por persona y por día da que podrán trabajar 7.500 personas durante un año entero.

Señora Presidenta: quiero dejar claro que esto busca una herramienta que beneficie al vecino y le facilite hacer su vereda. Eso es lo que queremos.

Creemos, también, que esta Administración debe orientar sus políticas a los temas cotidianos de todos los vecinos. El Partido Nacional quiere ayudar en esos temas cotidianos, porque a los vecinos les gustaría recibir algo más por pagar sus impuestos.

SEÑORA PRESIDENTA (Ayestarán).- Señor Edil: se ha excedido en más de cinco minutos de su tiempo.

SEÑOR BENZANO.- Le agradezco la tolerancia.

Lo que quiero decir es que el Partido Nacional va a presentar este proyecto en una minuta de aspiración para marcar esta preocupación, y para generar un ámbito de discusión con las personas idóneas de la Intendencia Municipal. Obviamente, nos gustaría que pudieran acompañarnos los demás Ediles de este Cuerpo, a quienes les vamos a enviar más detalles de este plan.

SEÑORA PRESIDENTA (Ayestarán).- Señor Edil: hemos sido muy pacientes; usted ha hecho uso de la palabra durante ocho minutos más de los que tenía asignados.

Vamos a solicitarle que dé por finalizada su exposición.

SEÑOR BENZANO.- Sí, señora Presidenta.

Muchas gracias.


miércoles, 23 de noviembre de 2005

Acta - HOMENAJE 70 AÑOS DE ARACA LA CANA


SEÑORA PRESIDENTA (Ayestarán).- Tiene la palabra el señor Edil Fernando Benzano.

SEÑOR BENZANO.- Gracias, Presidenta.

Lo que yo quiero comentar en muy pocas palabras es algo que dije el otro día, cuando se votó el homenaje con la colocación de la placa: es un gran orgullo para mí, un hincha de Araca como me declaro, tener la posibilidad de homenajearla en sus 70 años. Es el orgullo del hincha, el orgullo de ese hincha que los pibes dicen que es un sentimiento; y sí, para mí es un sentimiento. Quizás vivimos épocas importantes con Araca, que tuve la posibilidad vivir de cerca, mirándola. En esta época, que no vamos al Carnaval, cuando pasamos por el tablado buscamos que el cartel anunciante diga Araca la Cana. Eso es ser hincha, porque yo nací en una casa en la que “el Viejo” tenía sus reglas: tenías que ser blanco, hincha de Liverpool y de Araca la Cana. Y bueno, creo que le estoy respondiendo al Viejo.

(Hilaridad)

_______En casa se vivía algo que quizás ahora no es tradicional: por allá por casa, antes de febrero, pasaba “el Paraguayo” a buscar el apoyo de los amigos del barrio, y también me cuenta “la Vieja” que “Pianito” era quien en aquella época pasaba por mi casa. Estas son anécdotas.

La relación con Liverpool la viví, y ahí tuve el gusto de conocer a Araca la Cana. En la sede de Liverpool conocí a Araca y su interna. Era muy fuerte la relación que Araca tenía con Liverpool; algo conté el otro día. Hubo un año en que en el tablado de Liverpool ‑al que iban mil y pico de personas‑ se hizo una votación, o no sé qué fue, en la que se decidió que de Liverpool salía la Reina de la Teja. ¡Qué calentura tenía “Catusa”! “Catusa” me decía: “¡No puede ser!, si en definitiva esta murga en el año ’60 y pico ‑no me acuerdo bien‑ perdió el concurso porque le faltaban colores: salimos vestidos de negro y azul”. Me acuerdo de que en esa oportunidad tuvimos alguna intervención con el “Tarta” Vanrell, que anda en la vuelta aquí en la Junta, que era el locutor del tablado. Y ahí se arregló el problema y la murga volvió al tablado de Liverpool; me acuerdo que los gurises la esperaron con una bandera grande, negra y azul, que decía: “Araca la Cana: bienvenida”. De eso me acuerdo como si fuera hoy.

Me acuerdo de que hacíamos negocios con Araca, con “Catusa” en particular: les prestábamos la sede de Liverpool para ensayar y ellos generosamente nos entregaban una actuación. ¡Y vaya si sería generosa!, porque en esa época venían a las cinco de la mañana de hacer tablados; los esperábamos allá en el baile de Liverpool y ellos cumplían. De eso se puede acordar Víctor.

(Hilaridad)

_______Entonces, me acuerdo de la época espectacular del Carnaval, cuyo esplendor, creo, debe de haber sido ‑por lo menos de las que yo viví‑ de la salida democrática al ’90 y pico. Recuerdo las actuaciones maravillosas de Araca. Yo no me puedo olvidar del “Pinocho” Sosa haciendo “Pinocho”, ¡qué cuplé! Yo no me puedo olvidar cuando la murga tuvo el traspié y no pudo salir con el nombre de Araca la Cana y salió con el de Murgamérica; sin embargo, estaba identificada como Araca, porque tenía el estilo y la letra de “Catusa” Silva, que hacía que eso fuera Araca. Y me acuerdo también de la mejor despedida que yo he visto en un tablado, que era la de José Gervasio Artigas, allá por el año ’88; me acuerdo tal cual de esa despedida brutal.

Ahí fue cuando nos metimos en los ensayos.

Cuando nombraban lo de la vuelta me acordé de los ensayos; cuando la murga estaba planchada y no tenía ánimo, “Catusa” les decía: “Vamos, muchachos, que somos ‘La Bruta’: nos caracterizamos por el caudal de voz. Esa es nuestra característica y hay que avivarla”. Me acuerdo como si fuera hoy.

También me acuerdo de otras cosas, como de su señora y su cuñada encargándose de la vestimenta. Me acuerdo de lo característico de pintarse la cara; eso lo viví ahí.

Pero de lo que más me acuerdo ‑y en esto creo que debemos homenajear a Araca‑ es del esplendor del Carnaval de esa época de la salida democrática. También salían las otras, que no eran la mía: desde la salida democrática me acuerdo de actuaciones importantes de la Reina de la Teja, que en el ’80 y algo salía con aquellos macacos; no se podía decir los nombres, pero salían con la figura de Sanguinetti, de Pivel Devoto, etcétera. Después vinieron mil murgas más: el homenaje es a Araca y también a esas murgas.

En esa época de esplendor se llegaba a tener cien tablados. Me acuerdo de que “Catusa” decía: “Hoy tenemos doce tablados”, “tenemos trece tablados”. Me acuerdo de ver a la murga salir a hacer tablados a la mañana temprano; eso era el esplendor del Carnaval: ochenta o noventa escenarios en Montevideo. La pregunta es: ¿qué pasó con el Carnaval, que el año pasado tuvimos veinte escenarios, de los cuales dieciocho fueron subsidiados por la Intendencia? Tenemos al Carnaval en el CTI. Este año la Intendencia va a subsidiar diez tablados. ¡Cuidado, muchachos! ¡Cuidado!

¿Qué pasó? Yo tengo mi teoría de lo que pasó; estoy totalmente de acuerdo con que hay un tema económico, pero estoy seguro de otra cosa: el Carnaval se politizó, y entonces se segmentó. No estoy haciendo un análisis político, sino que lo digo desde el punto de vista del mercado: se segmentó el mercado, y al segmentarse cada vez fue a menos. No quiero plantear esto solamente desde mi posición de humilde suplente de Edil. Busqué algunos datos, y encontré una entrevista que le hizo CX 36 en 2004 al maravilloso “Catusa” Silva, en la cual mostró su visión extraordinaria opinando sobre lo que había pasado en Carnaval y lo que podía pasar ahora que había cambiado el Gobierno. Me gusta compartirlo porque me parece que tiene un contenido importante y una visión de futuro.

El periodista ‑que creo era Castro‑ le pregunta: “¿Araca va a seguir ahí, pensás que todo el Carnaval va a seguir así, o que algunos se van a poner del lado de la voz oficial?” Y Silva dijo: “Hay muchos que no cambian nada y ya dejaron de hacer cosas igual. Sería muy saludable para el Frente Amplio que lo critiquen, es muy saludable. Es malo decir a todo que sí, si no está bien.

“Creo que estar en la vereda de enfrente no significa ser enemigo. Estoy preocupado porque los pueblos siempre están en la vereda de enfrente, preocupados de que el gobierno que los representa los represente” ‑qué importante es eso‑, “no que decidan por ellos, para eso lo votaron.

“Creo, como frenteamplista, que eso es lo que va a suceder. ¡Ojalá algún día volvamos a los ’50” ‑y atención:‑ “cuando hablábamos de las polleras cortas, de la moda, de esas tonterías que eran normales, que no teníamos que idearnos una ciudad del miedo para desnudar un sistema! ¡Ojalá que no tengamos que rompernos la cabeza y sea más fácil escribir en Carnaval!” Entonces el periodista, azorado por esa visión, le dice: “Pero Araca haciendo una retirada a los pajaritos de colores...” Y “Catusa” le contesta: “No, siempre va a haber cosas lindas; si lo hacíamos en la dictadura…”.

Creo que esa es la verdad, “Catusa”: el Carnaval perdió la felicidad. Eso es lo que perdió: la minifalda, la vecina; eso es lo que perdió. Queremos que vuelva a ser así, queremos que no se segmente más, queremos que no sea un Carnaval zafral, de cuarenta días. Y sé que para la murga Araca la Cana no es así: Araca trabaja todo el año; Araca es visitante ilustre en Argentina; desde hace muchos años Araca tuvo un proyecto, que recién nombraba el Edil: el de la Casa de Araca. Nadie tenía visión y, sin embargo, Araca la tenía. Por eso es que tenemos que acompañarlos con políticas culturales, que son las que precisamos. Y es por eso que a este Cuerpo, en los próximos días, le vamos a traer algunos lineamientos en este sentido, entre ellos: “Exonerar de impuestos correspondientes a la Intendencia Municipal de Montevideo a todo espectáculo público que incluya en su programación la actuación de una murga”. Me parece que eso debe ser así. Nosotros exoneramos desde hace rato. ¿Podemos comparar a Serrat con lo que ha hecho la murga en la apertura política? Por todo eso, creo que como forma de promoción cultural de esta murga, y demás murgas de este Carnaval, vamos a estar acompañando todas estas medidas.

Gracias, Araca, por estar, y gracias por permitirme decir esto en nombre de ustedes.