miércoles, 23 de noviembre de 2005

Acta - HOMENAJE 70 AÑOS DE ARACA LA CANA


SEÑORA PRESIDENTA (Ayestarán).- Tiene la palabra el señor Edil Fernando Benzano.

SEÑOR BENZANO.- Gracias, Presidenta.

Lo que yo quiero comentar en muy pocas palabras es algo que dije el otro día, cuando se votó el homenaje con la colocación de la placa: es un gran orgullo para mí, un hincha de Araca como me declaro, tener la posibilidad de homenajearla en sus 70 años. Es el orgullo del hincha, el orgullo de ese hincha que los pibes dicen que es un sentimiento; y sí, para mí es un sentimiento. Quizás vivimos épocas importantes con Araca, que tuve la posibilidad vivir de cerca, mirándola. En esta época, que no vamos al Carnaval, cuando pasamos por el tablado buscamos que el cartel anunciante diga Araca la Cana. Eso es ser hincha, porque yo nací en una casa en la que “el Viejo” tenía sus reglas: tenías que ser blanco, hincha de Liverpool y de Araca la Cana. Y bueno, creo que le estoy respondiendo al Viejo.

(Hilaridad)

_______En casa se vivía algo que quizás ahora no es tradicional: por allá por casa, antes de febrero, pasaba “el Paraguayo” a buscar el apoyo de los amigos del barrio, y también me cuenta “la Vieja” que “Pianito” era quien en aquella época pasaba por mi casa. Estas son anécdotas.

La relación con Liverpool la viví, y ahí tuve el gusto de conocer a Araca la Cana. En la sede de Liverpool conocí a Araca y su interna. Era muy fuerte la relación que Araca tenía con Liverpool; algo conté el otro día. Hubo un año en que en el tablado de Liverpool ‑al que iban mil y pico de personas‑ se hizo una votación, o no sé qué fue, en la que se decidió que de Liverpool salía la Reina de la Teja. ¡Qué calentura tenía “Catusa”! “Catusa” me decía: “¡No puede ser!, si en definitiva esta murga en el año ’60 y pico ‑no me acuerdo bien‑ perdió el concurso porque le faltaban colores: salimos vestidos de negro y azul”. Me acuerdo de que en esa oportunidad tuvimos alguna intervención con el “Tarta” Vanrell, que anda en la vuelta aquí en la Junta, que era el locutor del tablado. Y ahí se arregló el problema y la murga volvió al tablado de Liverpool; me acuerdo que los gurises la esperaron con una bandera grande, negra y azul, que decía: “Araca la Cana: bienvenida”. De eso me acuerdo como si fuera hoy.

Me acuerdo de que hacíamos negocios con Araca, con “Catusa” en particular: les prestábamos la sede de Liverpool para ensayar y ellos generosamente nos entregaban una actuación. ¡Y vaya si sería generosa!, porque en esa época venían a las cinco de la mañana de hacer tablados; los esperábamos allá en el baile de Liverpool y ellos cumplían. De eso se puede acordar Víctor.

(Hilaridad)

_______Entonces, me acuerdo de la época espectacular del Carnaval, cuyo esplendor, creo, debe de haber sido ‑por lo menos de las que yo viví‑ de la salida democrática al ’90 y pico. Recuerdo las actuaciones maravillosas de Araca. Yo no me puedo olvidar del “Pinocho” Sosa haciendo “Pinocho”, ¡qué cuplé! Yo no me puedo olvidar cuando la murga tuvo el traspié y no pudo salir con el nombre de Araca la Cana y salió con el de Murgamérica; sin embargo, estaba identificada como Araca, porque tenía el estilo y la letra de “Catusa” Silva, que hacía que eso fuera Araca. Y me acuerdo también de la mejor despedida que yo he visto en un tablado, que era la de José Gervasio Artigas, allá por el año ’88; me acuerdo tal cual de esa despedida brutal.

Ahí fue cuando nos metimos en los ensayos.

Cuando nombraban lo de la vuelta me acordé de los ensayos; cuando la murga estaba planchada y no tenía ánimo, “Catusa” les decía: “Vamos, muchachos, que somos ‘La Bruta’: nos caracterizamos por el caudal de voz. Esa es nuestra característica y hay que avivarla”. Me acuerdo como si fuera hoy.

También me acuerdo de otras cosas, como de su señora y su cuñada encargándose de la vestimenta. Me acuerdo de lo característico de pintarse la cara; eso lo viví ahí.

Pero de lo que más me acuerdo ‑y en esto creo que debemos homenajear a Araca‑ es del esplendor del Carnaval de esa época de la salida democrática. También salían las otras, que no eran la mía: desde la salida democrática me acuerdo de actuaciones importantes de la Reina de la Teja, que en el ’80 y algo salía con aquellos macacos; no se podía decir los nombres, pero salían con la figura de Sanguinetti, de Pivel Devoto, etcétera. Después vinieron mil murgas más: el homenaje es a Araca y también a esas murgas.

En esa época de esplendor se llegaba a tener cien tablados. Me acuerdo de que “Catusa” decía: “Hoy tenemos doce tablados”, “tenemos trece tablados”. Me acuerdo de ver a la murga salir a hacer tablados a la mañana temprano; eso era el esplendor del Carnaval: ochenta o noventa escenarios en Montevideo. La pregunta es: ¿qué pasó con el Carnaval, que el año pasado tuvimos veinte escenarios, de los cuales dieciocho fueron subsidiados por la Intendencia? Tenemos al Carnaval en el CTI. Este año la Intendencia va a subsidiar diez tablados. ¡Cuidado, muchachos! ¡Cuidado!

¿Qué pasó? Yo tengo mi teoría de lo que pasó; estoy totalmente de acuerdo con que hay un tema económico, pero estoy seguro de otra cosa: el Carnaval se politizó, y entonces se segmentó. No estoy haciendo un análisis político, sino que lo digo desde el punto de vista del mercado: se segmentó el mercado, y al segmentarse cada vez fue a menos. No quiero plantear esto solamente desde mi posición de humilde suplente de Edil. Busqué algunos datos, y encontré una entrevista que le hizo CX 36 en 2004 al maravilloso “Catusa” Silva, en la cual mostró su visión extraordinaria opinando sobre lo que había pasado en Carnaval y lo que podía pasar ahora que había cambiado el Gobierno. Me gusta compartirlo porque me parece que tiene un contenido importante y una visión de futuro.

El periodista ‑que creo era Castro‑ le pregunta: “¿Araca va a seguir ahí, pensás que todo el Carnaval va a seguir así, o que algunos se van a poner del lado de la voz oficial?” Y Silva dijo: “Hay muchos que no cambian nada y ya dejaron de hacer cosas igual. Sería muy saludable para el Frente Amplio que lo critiquen, es muy saludable. Es malo decir a todo que sí, si no está bien.

“Creo que estar en la vereda de enfrente no significa ser enemigo. Estoy preocupado porque los pueblos siempre están en la vereda de enfrente, preocupados de que el gobierno que los representa los represente” ‑qué importante es eso‑, “no que decidan por ellos, para eso lo votaron.

“Creo, como frenteamplista, que eso es lo que va a suceder. ¡Ojalá algún día volvamos a los ’50” ‑y atención:‑ “cuando hablábamos de las polleras cortas, de la moda, de esas tonterías que eran normales, que no teníamos que idearnos una ciudad del miedo para desnudar un sistema! ¡Ojalá que no tengamos que rompernos la cabeza y sea más fácil escribir en Carnaval!” Entonces el periodista, azorado por esa visión, le dice: “Pero Araca haciendo una retirada a los pajaritos de colores...” Y “Catusa” le contesta: “No, siempre va a haber cosas lindas; si lo hacíamos en la dictadura…”.

Creo que esa es la verdad, “Catusa”: el Carnaval perdió la felicidad. Eso es lo que perdió: la minifalda, la vecina; eso es lo que perdió. Queremos que vuelva a ser así, queremos que no se segmente más, queremos que no sea un Carnaval zafral, de cuarenta días. Y sé que para la murga Araca la Cana no es así: Araca trabaja todo el año; Araca es visitante ilustre en Argentina; desde hace muchos años Araca tuvo un proyecto, que recién nombraba el Edil: el de la Casa de Araca. Nadie tenía visión y, sin embargo, Araca la tenía. Por eso es que tenemos que acompañarlos con políticas culturales, que son las que precisamos. Y es por eso que a este Cuerpo, en los próximos días, le vamos a traer algunos lineamientos en este sentido, entre ellos: “Exonerar de impuestos correspondientes a la Intendencia Municipal de Montevideo a todo espectáculo público que incluya en su programación la actuación de una murga”. Me parece que eso debe ser así. Nosotros exoneramos desde hace rato. ¿Podemos comparar a Serrat con lo que ha hecho la murga en la apertura política? Por todo eso, creo que como forma de promoción cultural de esta murga, y demás murgas de este Carnaval, vamos a estar acompañando todas estas medidas.

Gracias, Araca, por estar, y gracias por permitirme decir esto en nombre de ustedes.

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